Los expertos califican los avances alcanzados en estos veinte años como un componente central a fin de generar mejoras significativas en términos de competitividad productiva, de calidad de vida de la población y de posicionamiento del país en desarrollos tecnológicos esperables en el mediano y largo plazo.

En los últimos años la nanotecnología ha avanzado con fuerza en la industria local y el país se encuentra entre los de mayores progresos en este campo. "Nos encontramos en un buen momento porque en el país se está promocionando la ciencia y el hecho de tener una enorme cantidad de científicos trabajando en torno de la nanotecnología y sus aplicaciones hace que nos posicionemos entre los mejores países. A nivel regional Brasil se ubica a la cabeza, seguido por México y en tercer lugar la Argentina", explica Daniel Lupi, presidente de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) en diálogo con Ámbito Industrial+Pymes.

Los productos finales, explican los científicos que trabajan en el campo, siguen siendo los mismos a simple vista pero son mucho mejores porque tienen características superiores.

Si bien no existen estudios sobre el impacto cuantitativo de la nanotecnología en la economía local, su uso se encuentra expandido a diversos productos, como en el sector de las autopartes en donde una pieza es más liviana, con mayor resistencia, o posee pintura que no se raya. Estas mejores cualidades le otorgan a quienes utilizan esta tecnología mejoras competitivas. "Las ventas de las empresas industriales mejoran pero no es tan evidente como para cuantificarlo. En general esta tecnología afecta el ámbito de los nuevos materiales con los que se construyen los productos finales", destaca Lupi.

Asimismo, se demostró que las compañías nanotecnológicas muestran un mayor interés en proveer a los sectores industriales más maduros como el autopartista, el de metalmecánica y el siderúrgico. A nivel local el primer rubro es el más elegido y detrás se ubican salud humana, metalmecánica, biotecnología, agroindustria y ambiente. Como contrapartida, en los rubros donde menos se utiliza son en los de la industria textil, la cosmética y la nuclear. Así se desprende de la última encuesta realizada el año pasado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación a empresas que utilizan este tipo de tecnología para sus productos.